A mediados de los años cincuenta se instalaron nuevos semáforos eléctricos de utilización permanente entre las siete de la mañana y las doce de la noche.
Estos aparatos sustituyeron a los semáforos manuales, que solo se utilizaban en horas de intensa circulación de vehículos y durante los días feriados...
La señalización eléctrica estaba acompañada por el guardia municipal de trafico, uniformado de azul marino con correaje, cubreantebrazos y casco blanco, y botas de polainas.
En un segundo plano de valor etnográfico: el carrillo de mano. Este sistema de transporte manual, como el de sirga utilizado por los areneros del Guadalquivir hasta los primeros años cincuenta, era ancestral.
Los carrillos y bateas se alquilaban por horas en paradas dispersas por la ciudad, y eran arrastrados por hombres.