El encanto de la pianola.
La Sevilla de Manolo Agudelo, con su magnífico archivo, incluye esta imagen de uno de los últimos organilleros de la ciudad. Hasta 1980, aún se podía sentir aún algún que otro de estos músicos callejeros.
A veces, era el propio "instrumentista" quien acarreaba con la pianola. Otras veces, como en la fotografia, se ayudaba de un animal. En cualquier caso, la imagen es el canto del cisne de algo que ya no vuelve.