La tradición de los arcos para reyes.
En 1904, la Corporación Municipal, con motivo de la visita a la ciudad de Alfonso XIII, quiso remedar el ambiente ornamental con que se recibiera a su abuela, Isabel II, en 1862.
Para ello, desde luego con menor presupuesto, engalanó con luz eléctrica la Plaza Nueva, montando diversas puertas de material efimero.
Ésta de la fotografia, se elevó en el Paseo de las Delicias, siendo la más importante de otras instaladas.
En Dos Hermanas y Utrera, visitadas por el rey, se montaron otras, menores, muy particularmente en algunas fincas y como arcos florales.