Los judíos son la clientela.
La tradición de la fabricación de sombreros tuvo un fuerte auge a finales del XVIII y principios del XIX.
La de Fernández-Roche, popularmente llamada "de Roche", fue, sin duda, la más importante.
Poseía las instalaciones adecuadas para todos los procesos de piel y fieltro: curtido, limpieza química, aglomerado, tratamiento técnico, planchado, confección, etc.
En la actualidad, la fábrica sigue existiendo aunque gran parte de sus productos son sombreros y tocados para judíos, encargos fundamentalmente dedicados a la exportación.