"El barrio de San Marcos".
Este rincón de la Plaza de San Marcos, tomado por Luis León Massón en 1857,
transmite la impresión de una recoleta paz y tranquilidad.
Sin embargo, el movimiento comercial de la zona, aparte del trasiego de feligreses para los cultos en la iglesia, era bastante considerable.
Poseía una confitería en el número 2, propiedad de Plácido Hurtado; la botica de María J. Salazar; la cerería de Felipa Salazar; seis tabernas; una pequeña abacería, de Valentín García; la zapatería de Antonio Algaba; la barbería de Tomás Valcárcel; la carbonería de Juan de Rueda; y, por si fuera poco, completaban el vecindario Francisco de Asís Pérez —cirujano romancista y comadrón— y Juan Nogués —dentista y sangrador—.